miércoles, 7 de julio de 2010

Anónimo

Hoy me despido de ti,

de tu miseria,

de tu cobardía,

con la que huyes siempre.


Las hojuelas de mi cereal caen,

ya no estas,

así vuelvas una y otra vez,

se acabo.


Quisiera llorar el alma,

esa que me arrebataste,

que desvaneciste,

como alas de mariposa.


Tu no entiendes,

yo no entiendo,

te necesito más de lo que imaginas,

igual ya no importa.


Una,

dos,

tres,

infinitas veces…


No intento alejarme,

solo desaparezco,

como la neblina,

como nuestro querer.

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