jueves, 15 de diciembre de 2011

Entrañas


¿Recuerdas sus manos? Ella te solía acariciar por horas, hablaba tu lenguaje, te podía escuchar, ella era como la arena de este playa casi desierta, brillaba con el sol… ella era parte de mi, mi todo.

Él te cuido desde siempre, estaba orgullo de ti, sabía como ibas a ser, solía pasarse toda la noche planeando que mundo descubrir a tu lado, que universo iba a ser tu preferido para enseñártelo, eres igual a él, tu sonrisa, tus ojos llevan su alma, eres parte de él.

Era verano, hacia una tarde hermosa, calurosa y muy soleada, era uno de esos días en que el cielo se empieza quemar desde temprano, con esa fusión de colores coral que no tiene una explicación lógica para la mirada. Nosotros leíamos plácidamente en nuestro lugar favorito: la hamaca.

No recuerdo exactamente como inicio todo, puede y que mi mente me este jugando una mala pasada, pero vi su expresión de terror cuando se acerco a mí, sobraron las palabras, ni siquiera recuerdo en que momento broto aquel océano de mis ojos pero se desboco, tu llorabas conmigo, podías sentir el mismo dolor.

Sé que los recuerdas, que los puedes sentir igual que yo, los años no pasan por nosotros, el tiempo nos dejo… Eres parte de él, de ella, hoy eres mi todo, desde siempre has sido mi todo.

jueves, 8 de diciembre de 2011

¿Que nos vaya mal?

Sugestionado por la letra de una amiga a la distancia, que con su magia escrita en un blog me ánimo. Solo para aquellos que quieren que nos vaya mal: que se jodan!!!!

Sí que se jodan todos, porque apenas y me estoy recuperando de ti y no me importa que lo murmuren, siempre me ha dado lo mismo, igual ya habíamos empezado a asesinarnos sin decir nada.

Público o en cuclillas, como si alguna vez hubiésemos intentado encubrirlo, nunca se negó, siempre pretendimos que el dolor pareciera solo un mal día.

Me guardo tus palabras, sé que fue tu decisión romper con mi mundo, en donde me asuste y no te puede detener, no quiero disimular.

Hablando lúcido y para que no quede una sola duda con palabras naturales lo escribo sobre el viento, el mar y las hojas: haces que me olvide de mi soledad, puede y que detenga el mundo con solo que nos miremos más, con solo que nos rocemos más…

Haz que no pueda evitarte, insiste cada vez que te grite que no, dime que me quieres sin usar una sola palabra, hazme hablarte fuerte, sígueme queriendo de esa forma que nadie entiende, haz todo aquello que una vez quisiste que hiciéramos juntos, discútemelo todo, apaga las voces sin un solo manifiesto.

Cuando me quiera ir solo sujétame, no me dejes, cuando me hunda levántame, insisto jamás te hundas conmigo.

sábado, 3 de diciembre de 2011

Despertar


Miro sus manos entumecidas y en ese instante se percato que tenía más de 1 hora de estar conduciendo sin rumbo alguno por aquella carretera oscura, que solo le ofrecía una salida provisional a sus pensamientos.

Sus pómulos estaban empapados, al igual que el cuello de su blusa, su sollozo era inevitable, había comprendido que el color de su mirada se había ido con ese “te quiero” que le dejaba un amargo sabor en la boca. Él mato su inocencia, ya no le temblaba la mirada, todo su mar se oscureció e intento en un acto suicida inmolarse en el sol, por su puesto su plan falló.

Ya no poseía una religión, sabía que no creía en eso de “tú” obligación y dejo de sentir miedo en lastimarlo, igual él lo hacia sin protestas, estaba rota…

Abrió la ventana de su auto, respiro y noto que el aire era demasiado frío para poder quererle, ya había tocado fondo y en ese momento volvió a pensarle, como si hubiera un lugar en donde hacerse fuerte, como si hubiera un destino, como si de verdad él alguna vez la hubiese querido.

Debía sobrevivir, discernía en que ambos eran cómplices del mismo luto, detuvo su vehículo, miro una vez más por el retrovisor y dio vuelta, no había sitio para la cobardía, él fue uno de sus más oscuros pecados y debía pedirle cuentas del porque de su fracaso, del porque le mentía a diario.