martes, 31 de julio de 2012

Ágape

Vendito juicio demencial… hoy me voy contigo…
Vamos a pasear por tu encanto de recuerdos y tu sabor a chocolate amargo, malditos discípulos.
Arrancan flores desconsoladas que crecen a orilla del riachuelo, en donde mi voz se pierde al llamarte, al mencionarte, te hundes sin mi.
Ágape fecundo es tu miseria, si mucho mas que decir, todo esta seco, miserable, tal y como lo recuerdo… inexistente.

jueves, 12 de julio de 2012

Corazón


Como diría un trovador muy conocido: corazón, corazón oscuro, corazón, corazón con muros… Nada más adecuado que esta frase para empezar a recordar.
Simplemente eso, recordar, como dicen aquellas voces avejentadas, que un día cualquiera se nos vienen a la mente para solo mostrarnos una pequeña pincelada en medio del camino.
Al lado de aquella agua una vez turbia, se decoloran las razones por querer propio, ninguna por alguna obligación, tan solo se convierten en algo menos que nada en medio de un simple y mundano recuerdo de inexperiencia.
Puede y que ella haya olvidado hasta su nombre, pero le gustaba recoger de vez en cuando alguna hoja suelta de su libro de indecisiones, porque aunque no lo supiera con certeza, sabía que todos cargábamos con un libro de esos bajo el brazo.
Recorrer sus tachadas hojas era algo único, mágico, aquel olor a hoja vieja, desgastada, le dejaba un indescriptible sabor a recuerdos, a pasado, a lo que era hoy gracias a ello.
Le reconfortaba verse en el reflejo del agua, con su melena más larga que nunca, quien se ondeaba frente a ella, era simplemente feliz, aquello la hizo feliz, no podía borrar sus imágenes, todo aquello le había llevado a lo que era ahora. Sintió un escalofrío que le bajaba por la espalda.
Le gustaba confundirse en el bosque, jugar con su pasión, con su agonía, con sus sentidos, aquella sensación a libertad siempre estuvo ahí, sin importar sus decisiones. Era tan libre como su todo, amaba frenéticamente y deambulaba por su querido silencio, no necesitaba nada más.
Su muelle yacía inmune y aquel olor a mar era su mayor característica, cerro sus ojos y volvió a pensar en él… sonrió .