viernes, 9 de julio de 2010

Piel Extranjera


Roces de arena, mezcla solar de ámbar en la piel, no hay duda de que esos brazos fueron creados para ser un refugio.
Tarde, llegas tarde, te espere tanto que casi lo olvido, hoy solo es un día de esos, en donde te pienso, como cuando llegaste por la ventana y te colaste tras las negras cortinas que me libraban de la luz brillante, agua, mucho agua en medio de los dos, no se nadar, lo sabías desde el inicio.
Te veo, más no me incomodas, disfruto haciéndolo, solo eso, como una pared cubierta de hiedra te apegas a la piel, le susurras a mi barbilla, creo que descubrí las cosquillas, me agrada en moderación
Háblame, escríbeme, tu acento es lo que más extraño, me regresa al aeropuerto en donde te vi partir, con el corazón estrangulado en mis manos que goteo por todo el pasillo hasta el monitor que me informaba que tu vuelo ya había partido, se acabaron las salidas, te fuiste, únicamente con tus maletas.
Cuanto tiempo habrá trascurrido desde que te acogió de nuevo tu tierra natal? Cinco, seis años? Ya no lo recuerdo, ya no te pensaba, logré ingeniármelas sin ti, no fuiste tan imprescindible.
Regresas, sin motivos, solo llegas a mi puerta, como diste con la dirección no lo se, llevabas horas esperándome bajo el portón, te reconocí enseguida, volvió por un instante la chica alocada que se perdió con el tiempo. Extendí las manos, te abrase con mi alma, te despedí.
Hoy voy a dormir, eso quiero, dormir y cuando ya no pueda dormir más seguiré durmiendo, eso es lo que quiero, dormir.

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