martes, 18 de mayo de 2010

Mariposas Púrpura


Como no sonreírle a la libertad que me robaste fulano, yo solo llegue y ahí estabas, acompañando a mi alma en aquel concierto de sentimientos esperados, no hizo falta mirarte de algún modo en especial, mi esófago pudo prescindir del aire y dar cabida a ese centenar de mariposas púrpura que revoloteaban en las paredes.
Me negué a escribirte, destrozando el color de mis uñas con los afilados dientes, escuche tu nombre y no tenías la letra indicada al inicio como siempre lo predije, días después supe que ese era tu segundo nombre y el primero si tenia mi letra, la letra que predije y que no podía acabar en recuerdos.
Tenías que deshacerme de tu nombre, no eras planeado, aún no, no te esperaba y el viento traicionero te seguía susurrando, sin fotos y sin cartas, así llegaron, solo hubo música a gritos y con mucho volumen, donde la euforia se dejaba ver a simple vista, solo se escondía ante mí.
Hoy tengo ganas de escribirte, de hablarte, de saber que pensaste en mi aunque sea solo un momento.
Quiero gritarle al viento que no me ate, al menos que se a ti, a tu paso de peregrinaje bohemio y terco.
Te veo, me ves, no me hablas, porque no lo haces? Yo te espero, yo te escribí mis pensamientos ayer, en un pasado no tan agobiante como este presente que se dedica a ignorarme solo por placer.
Me niego a dejarte ir así tan fácil, como pretendes hacerlo, olvidando mis dedos, mi voz...

No hay comentarios:

Publicar un comentario