lunes, 8 de marzo de 2010

Boleto a la Infidelidad


Definitivamente lo vi, maldita sea la hora en que llegue ahí, no tengo explicación alguna como me conecte con él, tan solo un roce de esos fugaces sin ninguna intención aparente hasta que cruzas la mirada por error.
Su piel canela, su risa retorcida, su barba descuidad y sus ojos arena, detuvieron el tiempo, así estuviese amarrada a un sentimiento, esto fue siempre incontrolable, como esas cosas que asustan pero que de igual forma las haces, no vale que te condenen, adictivo es besar esos labios carnosos y sádicos que tanto deseo, siempre lo quise, hasta su pies descalzos.
Disimular no funciona, a simple vista mortal se nota la atracción molecular que hay, quisiera que no se me acercara, que no llegara a mi escritorio de esa forma tan intencional, es que no importa de cuanto amor se pueda vivir, acá eso no es valido, este no es el caso, yo tengo mi complicada vida y él la suya atada a otra.
¿Como no creerle cuando me dice que me ama? Desgraciado mentiroso, y yo le sigo creyendo, labios carmesí de sangre, lengua pecadora, solo placer me traes, me niego a dejarlo y me culpo de amarlo.
¿Como fue que tome el boleto a la infidelidad? No estoy segura de eso, no se cuando me convertí en esa mujer que todas odian, pero que nadie esta exento a serlo, tantas habladas a mis amigas, hasta ahora no lo entiendo, no es razonable ni piadoso, esto es un circulo más que vicioso, sin él no es divertido y con él es aburrido.
Cobarde, mentirosa, silenciosa y conformista, traiciono por la espalda a mis hermanas, le niego la felicidad a otros y me declaro egoísta con este afortunado boleto a la infidelidad que tome por equivocación o tal vez curiosidad.

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