
Ya en mi segundo año de la fundación de Escuela para Caballeros, no he podido permitirme dejar pasar varios comentarios y experiencias adquiridas en todo este tiempo transcurrido.
Alejada del negocio de la tolerancia a hombres de hoy y en busca de los verdaderos caballeros casi inexistentes en mi planeta he llegado a creer conocer un par que no fueron más que una burla a mi inexperiencia en este campo olvidado de enseñar por nuestras familias.
Todos los caballeros reales que he conocido no tienen menos de 40 años y entre esos incluyo a mi padre quien es un verdadero caballero certificado ya por mi escuela y quien fue mi mayor inspiración para escribir mi primera crítica a los hombres que prefieren ser parte de la corriente actual dejando atrás las hermosas tradiciones que se les fueron heredadas y optaron por esconderlas en el baúl de los recuerdos debajo de sus camas.
Pero la culpa no es solo de ellos, nosotras como mujeres también nos merecemos un buen jalón de orejas ya que la falta de tacto de muchos es por no darnos nuestro verdadero lugar, ese que nos quitaron una vez y al que no nos están dejando volver por puros estereotipos y pensamientos reprimidos de una sociedad en donde todos tenemos que ser iguales. Para serles sincera eso de la igualdad no me agrada tanto como pensé y me declaró culpable por haber sido parte de esta nueva cultura en donde las damas son inexistentes y los caballeros están extintos.
Insisto y alzando la voz les digo: los extrañamos mucho. ¿Quien no puede extrañar a los hombres caballerosos, románticos, poetas, sin estereotipos y complejos y con buen gusto? Por favor si en nuestro inconciente siempre buscamos uno así, no importa si es un chancletudo de pelo largo, un ejecutivo de vestuario aburrido, un sexy entrenador de gimnasio o bien un estudiante universitario, el punto es que los buscamos y esperamos encontrarlos.
No hay nada mejor que un hombre que te presta atención, que te conoce y por esto mismo pueden complacerte con detalles que jamás pensaste en poder recordar después de 10 años transcurridos y como lo mencione en mi artículo anterior, no hace falta que sea el príncipe púrpura que tanto busco, me encantaría poder tropezarme con un verdadero caballero, de esos que se levantan de la mesa cuando una se va a sentar y te corren la silla, de esos que saben bailar paso doble y boleros, hasta envidia me da de mi mamá cuando veo que mi papá en medio de una fiesta (matrimonio por lo general) se desprende de su sitio y pide su mano para bailar con pasión frente a todo el público sin que les importe nada, parecen como si hubiesen nacido para encontrarse el uno con el otro en medio de la pista con sus pasos perfectamente sincronizados.
Amo esa locura de saber que me puedo enamorar de un caballero, de un hombre real, no de un cliché que usa la secadora de cabello tanto como yo y que se cambia su vestuario más veces de lo que yo lo haría alguna vez solo porque esta indeciso de que tan cool se puede ver frente al espejo. Gracias, pero no gracias, no quiero un hombre así y me reuso, por esto debo insistirles a los hombres que se unan a mi escuela para caballeros que ya tiene un poco más de un año de fundada.
Alejada del negocio de la tolerancia a hombres de hoy y en busca de los verdaderos caballeros casi inexistentes en mi planeta he llegado a creer conocer un par que no fueron más que una burla a mi inexperiencia en este campo olvidado de enseñar por nuestras familias.
Todos los caballeros reales que he conocido no tienen menos de 40 años y entre esos incluyo a mi padre quien es un verdadero caballero certificado ya por mi escuela y quien fue mi mayor inspiración para escribir mi primera crítica a los hombres que prefieren ser parte de la corriente actual dejando atrás las hermosas tradiciones que se les fueron heredadas y optaron por esconderlas en el baúl de los recuerdos debajo de sus camas.
Pero la culpa no es solo de ellos, nosotras como mujeres también nos merecemos un buen jalón de orejas ya que la falta de tacto de muchos es por no darnos nuestro verdadero lugar, ese que nos quitaron una vez y al que no nos están dejando volver por puros estereotipos y pensamientos reprimidos de una sociedad en donde todos tenemos que ser iguales. Para serles sincera eso de la igualdad no me agrada tanto como pensé y me declaró culpable por haber sido parte de esta nueva cultura en donde las damas son inexistentes y los caballeros están extintos.
Insisto y alzando la voz les digo: los extrañamos mucho. ¿Quien no puede extrañar a los hombres caballerosos, románticos, poetas, sin estereotipos y complejos y con buen gusto? Por favor si en nuestro inconciente siempre buscamos uno así, no importa si es un chancletudo de pelo largo, un ejecutivo de vestuario aburrido, un sexy entrenador de gimnasio o bien un estudiante universitario, el punto es que los buscamos y esperamos encontrarlos.
No hay nada mejor que un hombre que te presta atención, que te conoce y por esto mismo pueden complacerte con detalles que jamás pensaste en poder recordar después de 10 años transcurridos y como lo mencione en mi artículo anterior, no hace falta que sea el príncipe púrpura que tanto busco, me encantaría poder tropezarme con un verdadero caballero, de esos que se levantan de la mesa cuando una se va a sentar y te corren la silla, de esos que saben bailar paso doble y boleros, hasta envidia me da de mi mamá cuando veo que mi papá en medio de una fiesta (matrimonio por lo general) se desprende de su sitio y pide su mano para bailar con pasión frente a todo el público sin que les importe nada, parecen como si hubiesen nacido para encontrarse el uno con el otro en medio de la pista con sus pasos perfectamente sincronizados.
Amo esa locura de saber que me puedo enamorar de un caballero, de un hombre real, no de un cliché que usa la secadora de cabello tanto como yo y que se cambia su vestuario más veces de lo que yo lo haría alguna vez solo porque esta indeciso de que tan cool se puede ver frente al espejo. Gracias, pero no gracias, no quiero un hombre así y me reuso, por esto debo insistirles a los hombres que se unan a mi escuela para caballeros que ya tiene un poco más de un año de fundada.