Fiel perfección humana de engaño,
en siluetas ámbar te escabulles,
condenada por Dioses,
adorada por plantas,
todo a cambio de un mortal.
Seducida por el azar,
engañada ante una tumba,
duermes en regazo ajeno,
tierra áspera,
egoísta.
Arrúllame con tus encantos,
perfecta esclava,
cuerpo de diosa,
rostro traicionero,
caíste bajo sus ojos,
te oculto la verdad.
Vete con el viento,
sin olvidar su nombre,
susúrralo a escondidas,
bailoteando con el río,
usurpando las espinas,
como la planta que hoy eres.
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