Esa noche habían muchas risas, el ambiente era el propicio, la luna confabulaba a mi favor según mis plegarías, pero el azar siempre fue algo que me atemorizo, principalmente viniendo de ti, un amante fugaz que no llena más que una cama de sábanas mezcladas con olor a tabaco y licor, ensucias mi mente, retuerces mis sentidos y siempre terminamos en lo mismo.
A veces pensé un poco en ti, en la agonía que me provocarías si seguía cerca, a tu lado, a ratos como siempre, acá todo era a medias, por su puesto que a medias así eres tú, mi infiel amante, de escasas esperanzas y de fe ya ciega.
Lo sabía, siempre lo supe desde aquella primera sonrisa, con un par de salidas basto, me entregue al azar, a tu condena, vicio deseado más no extrañado, no hace falta decir mucho, normalmente no se habla, se besa y se detienen caricias ya pasadas, infundidas.
Siempre me hiciste reír, con gusto y placeres tan diferentes… lo se, mejor lárgate, con tu azar, sin límites y con encuentros casuales del destino, en el ascensor, en una pequeña recamara, en el carro o bien a escondidas. Repugno ese olor a tabaco, pero mis límites y fuerzas no son suficientes para detener mis labios chocando en los tuyos, succionándote el alma, los sentidos, los huesos, deleitando tu arte en la piel, lo que te representa.
Esa “noche” esta obsesionada, hay decisiones, se multiplican las noches, siempre hay un momento indicado, un lugar perfecto, una atadura para ambos, sin romper, nadie la quiere romper.
Ya eres parte de mi inventario….
A veces pensé un poco en ti, en la agonía que me provocarías si seguía cerca, a tu lado, a ratos como siempre, acá todo era a medias, por su puesto que a medias así eres tú, mi infiel amante, de escasas esperanzas y de fe ya ciega.
Lo sabía, siempre lo supe desde aquella primera sonrisa, con un par de salidas basto, me entregue al azar, a tu condena, vicio deseado más no extrañado, no hace falta decir mucho, normalmente no se habla, se besa y se detienen caricias ya pasadas, infundidas.
Siempre me hiciste reír, con gusto y placeres tan diferentes… lo se, mejor lárgate, con tu azar, sin límites y con encuentros casuales del destino, en el ascensor, en una pequeña recamara, en el carro o bien a escondidas. Repugno ese olor a tabaco, pero mis límites y fuerzas no son suficientes para detener mis labios chocando en los tuyos, succionándote el alma, los sentidos, los huesos, deleitando tu arte en la piel, lo que te representa.
Esa “noche” esta obsesionada, hay decisiones, se multiplican las noches, siempre hay un momento indicado, un lugar perfecto, una atadura para ambos, sin romper, nadie la quiere romper.
Ya eres parte de mi inventario….