lunes, 13 de junio de 2011

Esta noche es la noche


En honor a un amigo oscuro y secreto, de esos que se guardan en la sombra y se pierden en el tiempo… él sabe a lo que me refiero, salud Dante!!!

Botines púrpura, paso acelerado y cabello suelto, soñé que llegabas, cerca, casi podía tocarte, odie el viento, podía jugar con tu enmarañado cabello castaño, hueles a locura, a océano en tempestad.
Mírame reflejo, te exijo hacerlo, necesito encontrarme, unirme a mí de nuevo, como antes solía hacerlo, sin perderme en la búsqueda, sin intentar buscarte. Ojos grandes, duros, llenos de confusión y expresivos, de voz inexistente, las cosas salieron mal para ella y se hundió cerca de los sentimientos náufragos de querer.
Piel tersa, diabólica, bella, es mejor no mirar, todos caen… sigue sin mirar. Huir de pánico, llorar con ganas, de ansiedad, con una copa de vino tinto en la mano y la boca seca, solo somos tu mi reflejo y yo esta noche, esta es la noche, copiada de mi vida en reencuentros y de asomos a mi alma desde un pensamiento.

lunes, 6 de junio de 2011

Recuerdos



Estrangulado mi corazón se niega a pensarte ni por un momento, no más lágrimas rebuscadas y no más clemencia pedida, ya las heridas están hechas, pero se reponen en el silencio.

Te huelo, tu fragancia sigue impregnada, repugnante como el placer cometido de verte retorcido en la arena bajo mis pies, solo escucho romper las olas del mar a mis espaldas, temo no poder volver a verlas de la misma forma.

Estático, todo esta tan en calma, silencioso, muerto, estático, ya no me quedan espejos, y mi larga cabellara a desaparecido, no logro extrañarte, lo intento.

Te veo llegar, con arrepentimientos, con todas las ganas perdidas en una bolsa marrón de supermercado, como la primera vez que me juraste no tocarme más, siempre caes, te gusta la costumbre y yo huyo de ella, dejándote como se debe, desde hace mucho debí hacerlo.

Intento no pensarte y lo logro, aunque mi corazón se desangre, estoy mejor sin tu presencia, sin tu compañía burlona, grotesca que me deja con un sabor metálico en la boca. Hoy te siento, lo admito, torturas mis recuerdos, ya no soy la misma, huí como debía haberlo hecho antes del primer golpe, de mi primera lágrima y de acabar con tu vida.